Mi legado espiritual: ¿Qué he aprendido que no quiero olvidar?
Si escribiera en una hoja mis creencias sobre la vida o lo que he aprendido de ella ¿Qué diría? ¿Cuál sería mi legado?
Todos, a lo largo de la vida, vamos aprendiendo a ser personas, a veces por estudios, por escuchar otros, por tropezones o experiencias propias, por detenernos a meditar sobre nuestro camino, y conforme pasa el tiempo, hemos empezado a descubrir que no todo es tan importante cómo creíamos.
Un ejercicio maravilloso de autoconocimiento es tomarme el tiempo para encontrar y reconocer mis grandes aprendizajes, enseñanzas que la vida me aportó, aun y cuando las cosas no salieran a veces como yo hubiese querido.
El éxito es algo mucho más sencillo de lo que siempre me han dicho. Tiene que ver con disponer de lo esencial, con aprender a ser feliz, con entrar en contacto con mi yo espiritual, con llevar una vida equilibrada, con tener relaciones nutricias, con no causar daño, con no hacer sino el bien y una lista con muchas cosas más.
¿Qué es lo que yo quisiera dejar escrito a las siguientes generaciones para que tengan una vida más plena? ¿Estoy en un momento de mi vida en que puedo hacerlo?
Escribo mi legado con ilusión y emoción, como si algunas piezas perdidas del gran rompecabezas de mi existencia las pusiera exactamente en su lugar y, con orgullo, pudiera enseñar a los demás.
Todos tenemos algo que transmitir, todos necesitamos compartir lo que nos ha hecho más sabios. No hay que ser egoístas y ofrecerlo al mundo.
Desarrollo Humano, Tanatología y Coaching
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