Abrazar la vida
Todas las personas estamos en el mismo mundo, atravesando una pandemia que hemos podido ver como una tormenta, un huracán o un terremoto. La fragilidad, la brevedad y la incertidumbre de la vida, nos descolocaron.
¿Cómo mirar de frente con total aceptación lo que nos ocurre? ¿Qué es lo que nos permite actuar? ¿Qué nos lleva a la vida y qué nos lleva a la muerte? Hay que acoger la vida, con agradecimiento, por todo lo que vivíamos sin realmente apreciar. Y hay que reconocer el sufrimiento cuando se presenta y atravesarlo de la manera sana posible.
La vida tiene sus tiempos, sus ritmos y, como la naturaleza, es sagrada. Hay ocasiones, en que nos podemos comparar con los árboles y necesitamos una poda. Estos tiempos de dolor y oscuridad a nivel mundial, tal vez sean solo parte del proceso. Lo que hacíamos siempre, necesitamos hacerlo de forma diferente. Hay que revisar nuestra relación con la naturaleza y con el mundo.
La vida no se nos entrega como un guion escrito, la vamos haciendo al caminar. Hay que hacer caso al confinamiento, los cuidados necesarios que las autoridades sanitarias nos han señalado: sana distancia, cubrebocas, lavarnos las manos, sanitizantes y demás. Cuidarme para cuidar a otros, mientras llegan las vacunas para todos.
Todo eso que sentimos nos ha sido forzado desde el exterior, lo podemos convertir en algo libremente asumido. Y ¡vaya diferencia!
Y esto nos hace cuestionarnos si hemos estado sobreviviendo por encimita o viviendo realmente en los años pasados. Y nos preguntamos qué es realmente lo esencial: la fuerza interior, la espiritualidad, las relaciones, la compasión…
Nos encontramos por completo vulnerables a la experiencia, con la perspectiva que reconoce lo sagrado en todas las cosas. Necesitamos ver nuestra vida a los ojos con mucho respeto y reverencia.
No hay que sentir esta crisis como un tiempo perdido; al contrario, es hora de reorganizarnos para llenarnos más, para ser mejores personas. Hay que acomodar de manera diferente nuestras piezas del rompecabezas, para darles un nuevo sentido. Y hay que ver de qué forma cada uno de nosotros contribuimos a que el mundo sea mejor.
¿Cómo responderle a la existencia, aun con los retos actuales, entre los desafíos de hoy?
De mi libro nuevo Todo es Parte del Camino: Tiempos de Pandemia (Edición en español).
Desarrollo Humano, Tanatología y Coaching
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