3 preguntas para fortalecer el compromiso social de tu empresa
El pasado mes de mayo tuve oportunidad de participar en el Encuentro Latinoamericano de Empresas Socialmente Responsables organizado por el Centro Mexicano para la Filantropía (CEMEFI) y en el que, junto con más de 900 representantes de empresas de diferentes estados de la república y países latinoamericanos, reflexionamos y compartimos ideas, iniciativas y mejores prácticas para incrementar el impacto positivo de las empresas en las personas y el planeta.
El tema central del encuentro fue la Responsabilidad Social y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y me llena de esperanza confirmar que estamos viviendo un cambio de paradigmas en el ámbito de los negocios. Esta tendencia global está permeando el mundo empresarial mexicano y, aunque me emociona saber que hay más de 800 empresas mexicanas comprometidas con medir, reportar y mejorar su impacto social y ambiental, todavía hay un largo camino por recorrer, ya que en México hay más de 5 millones de empresas.
Aunque son las grandes empresas las que están protagonizando este tipo de espacios y foros, la responsabilidad social es para las empresas de todos los tamaños. Más que grandes presupuestos o robustas estructuras, se requiere de profundos compromisos.
Para dar pasos firmes en el camino de evolucionar y operar como una empresa responsable y comprometida con el desarrollo sostenible sugiero utilizar las siguientes tres preguntas poderosas:
1. ¿Para qué hacemos lo que hacemos?
El compromiso de ser una empresa responsable implica cambiar el paradigma de que el negocio existe con el fin último de hacer dinero y maximizar la ganancia de los accionistas. Ciertamente sin dinero no hay negocio, pero esta revolución empresarial implica reconocer que el propósito también incluye cuestionarnos cómo la empresa mejora la vida de las personas.
2. ¿Cómo lo hacemos?
Esta pregunta es sumamente profunda y la respuesta debe de estar alineada con el propósito. Muchos de los grandes retos socio-ambientales que enfrentamos hoy son resultado de que hemos usado a las personas y al planeta como recursos ilimitados para hacer dinero. Además, el cómo distribuimos el dinero que generan las empresas tiene todo que ver con los índices de inequidad y pobreza que hoy dibujan la realidad de nuestro país y nuestra región. El compromiso de las empresas de hacer las cosas bien empieza por cumplir con la ley y tomar consciencia de que muchas prácticas que hemos normalizado son ilegales como vender sin factura, dar mordida para agilizar trámites, no dar de alta a los colaboradores, comprar facturas, por mencionar algunos.
3. ¿Cómo medimos y evaluamos nuestro éxito?
Redefinir el significado de éxito implica desarrollar una serie de indicadores, adicionales a los financieros y operativos, que nos ayuden a medir el impacto (positivo o negativo) que tiene la operación de la empresa en el medio ambiente y en las personas. Poder usar esta información para innovar y maximizar el triple impacto de la empresa es una actividad estratégica que, dadas las nuevas tendencias y condiciones de mercado — en el que la responsabilidad social no sólo es deseable si no esperada, y espero que pronto obligatoria — los indicadores de impacto social y ambiental se vuelven cada vez más relevantes y vinculados a temas comerciales y financieros.
¿Cómo sería nuestro país si todas las empresas que operan en él usaran estas preguntas para asumir el compromiso de ser responsables y de usar el dinero para generar bienestar y prosperidad para todas las personas y el planeta?
Artículo originalmente publicado en Medium.
Alma Ramírez (LAE '98 / MDO '06)
Co-fundadora de Unboxed, consultoría en Innovación Social que nace con el propósito de erradicar la indiferencia y participar en la transformación del sector empresarial colaborando en proyectos y estrategias de triple impacto (económico, social y ambiental).
Alma tiene más de 15 años de experiencia en proyectos relacionados con la transformación social, el desarrollo humano y organizacional. También ha participado como facilitadora y conferencista, en foros y programas internacionales.
Aunque son las grandes empresas las que están protagonizando este tipo de espacios y foros, la responsabilidad social es para las empresas de todos los tamaños. Más que grandes presupuestos o robustas estructuras, se requiere de profundos compromisos.
Para dar pasos firmes en el camino de evolucionar y operar como una empresa responsable y comprometida con el desarrollo sostenible sugiero utilizar las siguientes tres preguntas poderosas:
1. ¿Para qué hacemos lo que hacemos?
El compromiso de ser una empresa responsable implica cambiar el paradigma de que el negocio existe con el fin último de hacer dinero y maximizar la ganancia de los accionistas. Ciertamente sin dinero no hay negocio, pero esta revolución empresarial implica reconocer que el propósito también incluye cuestionarnos cómo la empresa mejora la vida de las personas.
2. ¿Cómo lo hacemos?
Esta pregunta es sumamente profunda y la respuesta debe de estar alineada con el propósito. Muchos de los grandes retos socio-ambientales que enfrentamos hoy son resultado de que hemos usado a las personas y al planeta como recursos ilimitados para hacer dinero. Además, el cómo distribuimos el dinero que generan las empresas tiene todo que ver con los índices de inequidad y pobreza que hoy dibujan la realidad de nuestro país y nuestra región. El compromiso de las empresas de hacer las cosas bien empieza por cumplir con la ley y tomar consciencia de que muchas prácticas que hemos normalizado son ilegales como vender sin factura, dar mordida para agilizar trámites, no dar de alta a los colaboradores, comprar facturas, por mencionar algunos.
3. ¿Cómo medimos y evaluamos nuestro éxito?
Redefinir el significado de éxito implica desarrollar una serie de indicadores, adicionales a los financieros y operativos, que nos ayuden a medir el impacto (positivo o negativo) que tiene la operación de la empresa en el medio ambiente y en las personas. Poder usar esta información para innovar y maximizar el triple impacto de la empresa es una actividad estratégica que, dadas las nuevas tendencias y condiciones de mercado — en el que la responsabilidad social no sólo es deseable si no esperada, y espero que pronto obligatoria — los indicadores de impacto social y ambiental se vuelven cada vez más relevantes y vinculados a temas comerciales y financieros.
¿Cómo sería nuestro país si todas las empresas que operan en él usaran estas preguntas para asumir el compromiso de ser responsables y de usar el dinero para generar bienestar y prosperidad para todas las personas y el planeta?
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Alma Ramírez (LAE '98 / MDO '06)
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