¿Por dónde empezar si estamos cayendo en depresión?
La depresión significa ‘opresión’, ‘encogimiento’ o ‘abatimiento’ de nuestro aliento. Es el diagnóstico psicológico y psiquiátrico que describe un síndrome o un trastorno del estado de ánimo, transitorio o permanente, caracterizado por sentimientos de pérdida de interés o placer, de abatimiento, infelicidad y culpabilidad, falta de autoestima, derrumbe, que además provoca una incapacidad total o parcial para disfrutar de las cosas y de los acontecimientos de nuestra vida cotidiana.
La depresión de las personas varía en tamaño, profundidad y forma, dependiendo de las vivencias, de la interpretación de las mismas y de las realidades materiales y recursos de que disponemos como ayuda para afrontarla.
La depresión es multifactorial, es decir, depende de muchas cosas. Llega un momento en que no podemos más. Y la pandemia por el Covid 19 no ha ayudado mucho. Las circunstancias duras parecen apretarnos el corazón.
La depresión es entonces un trastorno del estado anímico. Necesitamos empezar por:
1. Escuchar a nuestros sentimientos y validarlos, sin juicio.
2. No fijarnos metas difíciles ni adquirir grandes responsabilidades.
3. Dividir las tareas grandes en partes pequeñas, fijarnos prioridades y hacer lo que podamos, conforme nos sea posible.
4. No esperar mucho de nosotros mismos en estos momentos. Si lo hacemos, solamente aumentaremos nuestra sensación de fracaso.
5. Evitar situaciones peligrosas y arriesgadas.
6. Procurar estar con otras personas generalmente es mejor que estar solo. Probar con 15 minutos diarios y después ir agregando tiempo. No aislarnos.
7. Participar en actividades o pasatiempos que nos relajen y nos hagan sentir mejor, sin excedernos. Poquito a poquito.
8. No molestarnos si nuestro estado de ánimo no mejora considerablemente de inmediato. A veces, la mejoría toma tiempo.
9. Habrá días de altas y días de bajas. Comprender eso nos lleva a ayudarnos tanto como podamos y a no culparnos por no estar totalmente bien.
10. Tener contacto con la naturaleza.
11. Rechazar los pensamientos negativos, y buscar enfocarnos en lo positivo que tenemos en nuestra vida en estos momentos. Poner énfasis en lo que SÍ, en lugar de en lo que NO; en bendiciones en lugar de en nuestras carencias.
12. No tomar decisiones importantes en nuestra vida, como renunciar a la escuela, a nuestro empleo, casarnos, vender nuestra casa, irnos a vivir a otra ciudad, correr riesgos, etc. sin consultar con otras personas que puedan emitir una opinión más objetiva de nuestra situación. Es prudente que pospongamos las decisiones importantes hasta que nuestra depresión haya disminuido.
13. No compararnos con nadie, pues tendemos a hacerlo con personas que están mejor que nosotros.
14. Recordar una y otra vez que este estado es temporal. Seremos capaces de salir airosos de esto.
15. Actuemos pronto: un médico, un amigo, un sacerdote, un terapeuta, Dios.
16. Buscar ayuda terapéutica presencial o en línea, cuando veamos que nuestros avances son pocos o que la depresión nos sobrepasa.
¿Qué historia nos estamos contando que nos sirve para vivir en estos momentos? Hay que reconciliarnos con lo que nos pasa, con nuestra biografía. Con nuestra realidad y con la del mundo. Y si no sabemos cómo, atrevámonos a pedir ayuda. Hay personas que nos ofrecen una mano firme para que nos sujetemos y no caigamos en los tiempos difíciles. No estamos solos, entonces no hay que sufrir como si lo estuviéramos.
De mi libro nuevo Todo es Parte del Camino: Tiempos de Pandemia (Edición en español).
Desarrollo Humano, Tanatología y Coaching
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