A través de mis ojos...
Por Dra. Verónica González
Alanis
Quiero escribir para
llegar al alma de aquellas personas que sufren, que lloran la pérdida de un ser
querido, las que no encuentran consuelo y a las que su corazón está roto, las que creen que ya no volverán
a ser los mismos…
Los que están viviendo
esa montaña rusa de sentimientos, los que están en este mundo queriendo salir
de él….sobre todo a los padres
que han perdido a su amado hijo o hija.
Tienen razón, nunca
serán los mismos porque la muerte marca, sella como un tatuaje el alma… también trae consigo la reconciliación
con uno mismo, trae el silencio en el que podemos escucharnos, sentirnos, trae
el amor, si ..el amor por el que se fue porque no se acaba, sigue ahí por siempre; amor por los que
quedan, el amor por la vida a pesar de la muerte…si es que así lo decidimos…no es fácil, es un largo
camino lleno de espinas pero también podemos descubrir bellas rosas que crecen
como fruto de ese sufrimiento no deseado….sé de
que les hablo.
Hace tiempo fui a ver
una película que me inspiró para
escribir algo que parece irreal y hasta ridículo para nuestra humanidad y
a la vez es tan real y liberadora para muchos….me refiero al sufrimiento de un
cuerpo enfermo.Imaginemos que la vida fuera un personaje en una obra de teatro y
la muerte fuera otro personaje…
Ya empezamos a negarla,
rechazarla, a alejarnos de ella ¿¿verdad?? Pero
la muerte tiene algo que decirle a la vida, como desde su perspectiva la ve……
A TRAVÉS DE MIS OJOS
La veo como cada rayo de
sol asomándose por la ventana, la lluvia caer sobre el pavimento o sobre las
verdes plantas, como la brisa del mar y su aroma salado, como las olas
rompiendo sobre las rocas…como el arcoiris con colores brillantes…la veo cuando
nace un niño y en las lágrimas vertidas por un alma traspasada por el dolor
candente…la veo en el beso del niño, del hermano o del anciano, en las
mariposas danzantes de un cálido verano…y en la noche como estrellas titilantes
abrazadas por la luna llena, creciente o menguante.
La veo en los matices
grises y en una variedad de intensos colores mezclados a voluntad del pintor
con su paleta en mano. La observo como un río enfurecido que acaba por
aquietarse……
Todo y más es parte de
ella….y ni yo con toda mi irreverencia y no grata presencia…ni yo con esa
advertencia o intempestiva llegada puedo llevármela…
No puedo llevarme los
recuerdos y vivencias, no puedo llevarme los sentimientos, la memoria, no puedo
llevarme el amor….¡No puedo, ni quiero!
Porque es tan majestuosa
que me quedo pequeña ante su grandeza…me quedo como un frío en el alma y que
paradójicamente quema, que duele, y que sin querer estando yo presente le
devuelvo su grandeza…quisiera ser ella pero alguien tenía que hacer mi papel…quién
mas sino yo…y si yo no fuera lo que soy…¿Sería ella tan grandiosa? Me pregunto
yo…..
La veo con subidas y
bajadas, con esperanza a pesar de mi presencia, triunfante, bella, intensa,
sublime, perene…….¡y todo a través de mis ojos!¿¿Podrías tú verla igual??.
Todos podemos, todos
tenemos derecho a ser felices, a disfrutar de esta vida…ellos vivieron su
tiempo….nosotros despertamos a tantas cosas con su partida.
Así veo la vida , ahora soy diferente,
gracias a la influencia que tuvo para mi una maestra….que con su corta vida
vino a darme lecciones de vida…¿Su nombre?...Priscila….mi hija amada.
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