¿Qué te puedo decir yo de la amistad?

“¿Qué te puedo decir yo de la amistad?
¿Qué te puedo contar de la dicha de encontrar en alguien más
la nota que armoniza mi camino?” A. S. de L.

La amistad es un encuentro entre personas, es una participación profunda en la vida del otro y un compartir con el corazón lo que nos sucede a ambos. Con el amigo puedo ser auténticamente yo, revelando mi interior, compartiendo mi riqueza y también mis sombras o partes oscuras y frente a él o ella, yo puedo derramar el contenido de mi corazón sin miedo a ser enjuiciado, porque me pone toda la atención y el interés que necesito.

La amistad es uno de los amores más generosos, más puros, más nobles y fieles que existen. Mi amigo me deja en libertad de ser quien soy; me ama sin querer dominarme. Propicia un clima acogedor para que yo me sienta bien, a gusto a su lado. Me espera con serenidad a que yo llegue a su puerta y va a mi encuentro cuando más lo necesito. Me tiene infinita paciencia.

La amistad me conduce a la comunión, a la unidad; me invita a vivir corazón con corazón y eso me conecta emocionalmente con el otro y me ayuda a descubrir la riqueza interior mutua.

LA AMISTAD ES VERDADERA CUANDO LOS DOS:

  • promovemos nuestra mutua libertad para el desarrollo personal.
  • respetamos nuestros distintos pareceres sin criticarlos.
  • manifestamos afecto y cariño, sin pedir nada a cambio.
  • expresamos nuestros sentimientos con confianza, sean los que sean.
  • comunicamos nuestra riqueza interior.
  • somos pacientes y respetamos nuestros ritmos diferentes.
  • apreciamos y agradecemos la existencia del otro.
  • la renovamos en cada reencuentro.

Un amigo me ofrece más que presencia, más que compañía. Me libera para ser yo mismo. Encuentro en él o en ella un apoyo ilimitado. Por medio del diálogo sincero me valida lo que siento o lo que estoy viviendo. Me acompaña en las buenas y en las malas. Me acompaña al crecer y me estimula para que saque lo mejor de mí mismo.

¿QUÉ AYUDA EN LA AMISTAD?:
  • Interés sincero por la vida del otro, por lo que es y por lo que le pasa.
  • Querer compartir mi interioridad y acoger la del otro.
  • La aceptación incondicional.
  • Fomentar un ambiente aceptante y protegido.
  • Estar siempre disponible, tener mi agenda siempre abierta para el otro.
  • Hablar siempre desde mí, desde mi verdadero yo, sin máscaras.
  • Dar de mi tiempo.
  • Manejar la comunicación en diferentes niveles y tocar el plano profundo.
  • El respeto al otro, a su proceso de crecimiento y a su libertad.
  • Adaptarme a sus ritmos y a sus estados de ánimo.
  • Dar tiempo y espacio para la convivencia.
  • Tener risas y placeres compartidos.
  • Estar al pendiente del otro.
  • Ofrecer apoyo incondicional.
  • Confianza mutua.
  • Ser empático: saber ponerme dentro de su piel.
  • Hablar siempre con la verdad.
  • Aclaración rápida de cualquier malentendido.
  • Comprensión de la imperfección humana.
  • Perdonar.
  • Compartir distintos aspectos de nuestras vidas.
  • Saber guardar secretos, discreción total.
  • La lealtad.
  • Compartir un interés, un hobby o una pasión común.
La amistad, como todo verdadero encuentro, enriquece mi vida. Feliz soy al ver que un amigo ha recibido de mi amor, de mi abundancia, de mi canción.


Por: Lic. Alicia S. de Lamadrid (LED '82)
Desarrollo Humano, Tanatología y Coaching
Email: aliciaslamadrid@gmail.com
Twitter: @aliciaslamadrid


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