Tu historia, tu UDEM: Jesús Héctor Gaytán Polanco
Dr. Jesús Héctor Gaytán Polanco
(LDG´83, MDG´06)
La vida es una caja de sorpresas, justo
cuando pensamos que hemos descubierto todos los caminos, se presentan momentos
que nos marcan de manera imperceptible pero definitiva.
Cursé mi carrera en la UDEM de 1979 a
1983, y como todos en ese tiempo pensaba más que nada en ejercerla de manera
adecuada para ganarme la vida y con ello comenzar a formar un patrimonio que
pudiera ofrecer en el futuro a mi familia. Tenía sueños tanto personales como
profesionales que esperaba poder lograr con la preparación que obtenía y por lo
tanto, muchos de mis compañeros y yo mismo éramos muy exigentes con los
maestros que teníamos en esa época.
De ellos recuerdo un momento en
particular. Cursando la materia de Medios Audiovisuales el entonces profesor de
la materia nos presentó un aparato que acababa de construir y que le permitía
simular el movimiento de una imagen con un antiguo proyector de transparencias
fijas… recuerdo que al terminar la clase, algunos de mis compañeros y yo nos
quedamos a revisar el aparato y a bombardear al profesor con mil preguntas
sobre el funcionamiento y operación del mismo, el cual era de su invención, con
toda la paciencia del mundo nos explicó a detalle el funcionamiento del mismo y
los principios teóricos de óptica que utilizó para fabricarlo, sin menoscabar
en detalles.
Después de más de una hora de
explicaciones, y al quedar todos los presentes satisfechos, le pregunté si no
le daba un poco de pendiente descubrir con tanto detalle sus secretos
profesionales a quienes estábamos estudiando y que en un par de años pudiésemos
ser competencia para él en el medio, y su respuesta me dejó impactado; “prefiero
que mis alumnos tengan todos los conocimientos que yo poseo, ya que de esa
manera yo mismo estoy obligado a seguirme preparando y continuar siendo el
mejor en mi actividad profesional”.
Como decía al inicio, hay momentos que
nos marcan de manera imperceptible y al hacer una retrospección de mi vida,
encontré que ese momento me sembró el interés por la docencia, actividad que
realizo de manera paralela a mi actividad profesional desde hace ya 29 años.
Pero sobre todo, guía mi trabajo docente,
ya que aprendí en ese momento lo importante que es una frase dicha por un
maestro, casi de manera casual, a sus alumnos.
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