Reflexiones de aniversario
Por: Gabriela García-Williams (BAHL '93 / LCIC '00)
Una década puede ser una eternidad o apenas un parpadeo.
Hace diez años por estas fechas hacía los trámites para una visa de
trabajo en Estados Unidos. El plan original era quedarme unos dos o tres años y
luego irme a Europa a hacer una maestría. Como dicen por ahí uno propone y Dios
dispone, aquí sigo.
A punto de cumplir mi primer década en el país gabacho reflexiono en los
sucesos de estos diez años y escribo y desescribo…con la característica
indecisión que las estrellas provocan en libra.
Ha sido una década interesante, México vivió algunos de los años más
violentos de su historia moderna; después de dos presidentes de oposición los
mexicanos le regresaron el poder al PRI; la iniciativa privada avanza en México
y el extranjero convirtiendo a nuestro país en líder exportador en las
industrias automotriz, de energía renovable, agropecuaria, construcción y alimentos y bebidas.
Estados Unidos eligió a su primer presidente negro de la historia, legalizó
matrimonios homosexuales, le dio nueva vida a la lucha contra el aborto y la
inmigración ilegal mientras intenta abandonar su involucramiento en los
conflictos en Medio Oriente.
Al reflexionar en todos los cambios me doy cuenta que estos hechos son
parte de un ciclo mayor, México vivió una época de auge en los sesentas y
setentas cuando Estados Unidos vivía una época matizada con iniciativas
populistas que afectaron su economía; aunque resulta contra la intuición pensar
que cuando a Estados Unidos le va bien a México no tanto y al contrario cuando
el vecino del norte está batallando México brilla y crece, eso es lo que la
historia parece contar.
Ambos países están en la víspera de cambios transcendentales con el
potencial de mantenerlos a la vanguardia en muchos frentes. Nos toca a nosotros
como ciudadanos asegurarnos que el potencial sea cumplido en esta generación y
multiplicado en las generaciones venideras.
Una década es una eternidad cuando se vive en la lucha constante y un
parpadeo cuando nos damos cuenta que los años se nos escurrieron entre los
dedos.
Felices fiestas…
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