Conductas generadoras de conflicto

En mis relaciones, necesito escuchar los síntomas, 
para poner atención a cualquier fractura.
No es conveniente que espere a que la taza se quiebre. 

La situación que hemos estado viviendo con el confinamiento ha generado muchos conflictos entre las personas que conviven juntas. Los desacuerdos y tensiones que se nos han ido acumulando a través de los meses, heridas no sanadas, roles rígidos, falta de consideración hacia los demás, caretas y máscaras, obsesiones, dureza en el trato, viejos resentimientos o deseos de venganza, desconfianzas, rabietas, pérdidas de libertad y de movimiento, humillaciones, desacuerdos con el dinero y muchas cosas más, van contribuyendo a que la bomba se vaya llenando de gasolina con peligro de explotar.

Cuando esto sucede se trastorna mi vida cotidiana y a veces no sé qué hacer ni cómo manejarlo.

Es importante tomar conciencia de mi propio desgaste por la situación y detenerme para hacer una auto evaluación. Así puedo hacer algo por mejorarla mejor.

EXISTEN CIERTAS CONDUCTAS GENERADORAS DE CONFLICTO:

  • aturdir de más, estar de metiche.
  • no respetar las decisiones del otro.
  • la sobreprotección.
  • vigilancia a todas horas para controlar.
  • no cumplir con lo que prometido.
  • actuar de una manera no deseada por el otro.
  • no respetar los momentos de soledad.
  • pedir favores continuamente que pueden llegar a hartar.
  • regaños continuos.
  • burlarse del otro en una situación vulnerable.
  • hacer cosas a sus espaldas.
  • repetir las cosas veinte veces.
  • herir al otro con comentarios mordaces.
  • sólo ver errores y corregir a cada momento.
  • contradecirle todo el tiempo.
  • quejas continuas.
  • mal humor constante.
  • apatía, que no quiera poner de mi parte por llevarnos bien.
  • que sea pesimista y todo lo vea negativo.
  • que chantajee para que se haga mi voluntad.
  • que no valide el cansancio y desgaste del otro.
  • actitud descalificadora: nada sirve. 
  • explosiones, agresividad y ataques.
  • opiniones encontradas.
  • comparaciones, celos y envidias.
  • no escuchar y malinterpretar todo lo que el otro dice.
  • hacer comentarios fuera de lugar o hirientes.
  • gastar demasiado tiempo en culpar al otro por lo que sucede.

¿Cuáles de esas conductas tengo o he tenido en los últimos meses? 
Reconocerlo y empezar a modificarlas es un buen comienzo. 
¿Quiero llevarme mejor con los que viven conmigo? Manos a la obra. Nunca es tarde.


Por: Lic. Alicia S. de Lamadrid (LED '82)

Desarrollo Humano, Tanatología y Coaching
Email: aliciaslamadrid@gmail.com
Twitter: @aliciaslamadrid


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