¿Quiero mejorar mis relaciones?

¿En qué actitudes necesito fijarme a la hora
de convivir para fortalecer mis relaciones?

Mis relaciones con los demás son a menudo un indicador interesante de mi estado emocional y mental y de mi bienestar. Vivo en comunidad, pertenezco a grupos, para compartir lo que soy y lo que tengo con los demás y recibir de ellos lo mismo.

Para fortalecer mis relaciones con los demás, necesito:
  • Hablarles por su nombre.
  • Ser alegre y sonreír con frecuencia.
  • Aceptar a los demás como son y no como yo quiero que sean.
  • Ser positivo, tener siempre a mano una palabra entusiasta.
  • Ser puntual, respetar el tiempo de los demás.
  • Mostrarme interesado en lo que me comunican. 
  • Preguntarles sobre su vida, su familia, su trabajo, sus preocupaciones, etc. 
  • Ser amable y cortés.
  • Ponerme en sus zapatos. 
  • Alejar mis suposiciones y especulaciones.
  • Practicar la paciencia, la tolerancia y la humildad. 
  • Respetar la opinión y los sentimientos de los demás, aunque difieran de los míos. 
  • Hacer que los que me rodean se sientan seguros cerca de mí. Limpiar mi mente de prejuicios y expectativas.
  • Ver su punto de vista.
  • Pasar tiempo de calidad con ellos.
  • Ser flexible para adaptarme a los cambios de planes.
  • Demostrar buena voluntad para ayudar y servir.
  • Respetar el ritmo de los demás y el tiempo de cada quien para que “le caiga el veinte”.
  • No hacer de psicólogo.
  • Conservar confidencial lo que sea secreto.
  • Hacer demandas realistas.
  • Respetar sus límites.
  • Recordar que no puedo soltar mi basura emocional a mi alrededor.
  • No entrar en discusiones por cosas sin importancia.
  • Aclarar los malentendidos.
  • Tener sentido del humor. 
  • Cuando doy mi palabra, cumplir con lo prometido. 
  • Aportar algo a las relaciones: sumar no restar.
  • Ser agradecido.

Es importante tener mucho cuidado de evitar la contaminación emocional, es decir, no soltar mi basura emocional a mi alrededor ni permitir que otros lo hagan conmigo, porque el ambiente de la relación se daña. 

Ninguna persona es perfecta, eso ya lo sé. Necesito, por lo tanto, fijarme en las fortalezas de mis relaciones, no en sus debilidades.

La práctica de la paciencia, la tolerancia, la humildad y el perdón, lo mejor que pueda, me ayudan mucho a ser buena compañía.


Por: Lic. Alicia S. de Lamadrid (LED '82)
Desarrollo Humano, Tanatología y Coaching
Email: aliciaslamadrid@gmail.com
Twitter: @aliciaslamadrid


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