Para que un anciano viva mejor

"La vejez es la suma de toda la vida."
Marañón

La edad en que las personas comenzamos a envejecer es muy variable. No son solo los años en tiempo, sino la actitud que tomamos ante la vida.

La vejez es una etapa de síntesis, de cosecha, en la que es importante ir aceptando las limitaciones propias de la edad y a la vez, soltar y recoger el amor que se ha ido repartiendo a lo largo de la vida.

La atención de una persona de la tercera edad se vuelve selectiva. No es que se le olvide todo. A la persona le interesan cosas distintas. Pues ya no es el momento de guardar nuevos datos, sino sacar recuerdos de los archivos de todo lo vivido.

EN LA PERSONA MAYOR, SON CUATRO COSAS LAS QUE MÁS IMPORTAN y hay que ayudar a que las tenga en forma:
  • la salud,
  • sus pasatiempos
  • sus relaciones interpersonales y
  • los buenos recuerdos.
PARA ESTAR MEJOR, UN ANCIANO REQUIERE:
  • Arreglo del espacio físico circundante que acomode al anciano y le facilite su autocuidado.
  • Disposición de la familia para hacerse cargo de él.
  • Atención humana y cálida.
  • Hacer todo lo que pueda solo, sin ayuda de nadie, aunque se tarde, porque eso evita que se sienta “un bulto”.
  • Visitas, apoyo, cariño y comprensión de parte de los familiares.
  • Cumplimiento de las prescripciones médicas.
  • Buena alimentación y muchos líquidos.
  • Respeto a sus horas de sueño y de descanso. 
  • Atención a su necesidad de movimiento y ejercicio físico.
  • Contar con pasatiempos individuales y comunitarios. 
  • Divertirse y reír todos los días.
  • Reconocimiento y agradecimiento al esfuerzo que hizo durante su vida para mantener a su familia, económica o emocionalmente.
  • Que lo escuchen.
  • Mantener la alegría de vivir.
  • Respeto a sus gustos y ritmos.
  • Tener amigos más jóvenes, para mantener el foco de atención en la vida.
  • Agradecimiento por todo lo que hizo y sigue haciendo.
  • Reconciliación sincera y acercamiento con los demás.
  • Sentirse punto de unión de su familia. 
  • Mantener una línea de continuidad con todo lo que hizo en su vida.
  • Pasar su legado.
Ser anciano NO es ser un niño grande, como a veces se piensa. Trae en su piel toda la experiencia de su historia y tiene derecho a ser tomado en cuenta, a que se le dé su lugar con respeto y a que se le otorguen espacios para compartir sus aprendizajes de vida. ¡Qué riqueza!



Por: Lic. Alicia S. de Lamadrid (LED '82)
Desarrollo Humano, Tanatología y Coaching
Email: aliciaslamadrid@gmail.com
Twitter: @aliciaslamadrid


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